Antijuricidad: Definición, Beneficios y Ejemplo
¿Qué es la Antijuricidad?
La antijuricidad hace referencia a la conducta que va en contra de lo establecido por la ley, es decir, aquella que es contraria a lo que está permitido por el ordenamiento jurídico. Es un concepto fundamental en el ámbito del derecho, ya que permite determinar si una acción es o no considerada como delito.
Entendiendo la Antijuricidad
La antijuricidad es uno de los elementos esenciales del delito, junto con la tipicidad y la culpabilidad. Para que una conducta sea considerada como delito, debe ser típica, es decir, que se encuentre descrita como tal en la ley; además, debe ser antijurídica, es decir, contraria a la ley; y por último, debe haber sido realizada de manera culpable, es decir, con conocimiento y voluntad de cometer el delito.
En resumen, la antijuricidad se refiere a aquellas acciones que están prohibidas por la ley y que, por lo tanto, pueden ser sancionadas. Es importante mencionar que existen ciertas excepciones a la antijuricidad, como la legítima defensa, el estado de necesidad o el cumplimiento de un deber, que pueden justificar una conducta que, en principio, sería considerada como antijurídica.
Ejemplo de Antijuricidad
Un ejemplo claro de antijuricidad sería el robo. Este delito está tipificado en el Código Penal y está considerado como una conducta antijurídica, ya que va en contra de lo establecido por la ley. Si una persona toma algo que no le pertenece y lo hace de manera voluntaria, con conocimiento de que está cometiendo un delito, estará realizando una acción antijurídica que puede ser sancionada por la ley.
Otro ejemplo podría ser la falsificación de documentos. Esta conducta también está tipificada como delito y es considerada como antijurídica, ya que va en contra de lo establecido por la ley, que prohíbe la falsificación de documentos oficiales. En este caso, si una persona falsifica un documento con la intención de engañar a otros, estará cometiendo una acción antijurídica.
En conclusión, la antijuricidad es un concepto fundamental en el derecho y permite determinar si una conducta es considerada como delito o no. Gracias a este elemento, se puede mantener el orden y la seguridad jurídica en una sociedad, ya que establece los límites que no deben ser sobrepasados por los ciudadanos.
« Volver al índice del glosario