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Hoy nos dirigimos a una consulta muy relevante de un estudiante de derecho, a punto de graduarse, quien está realizando su seminario de tesis sobre la inteligencia artificial (IA) y el derecho. Nos pide reflexionar sobre cómo la IA puede beneficiar y afectar al campo legal.
La IA se está adentrando en prácticamente todos los campos, y el derecho no es la excepción. Las tecnologías emergentes están provocando una transformación profunda en la forma en que los abogados trabajan y cómo se administra la justicia.
Herramientas que te ayudarán en la práctica legal.
La IA tiene el potencial de mejorar la eficiencia en el sector jurídico de formas significativas. Por ejemplo, algoritmos de IA pueden analizar grandes volúmenes de datos en cuestión de minutos, algo que llevaría a un abogado semanas o incluso meses. Las herramientas de IA también pueden identificar patrones y conexiones en textos legales que podrían pasar desapercibidos para los humanos. De acuerdo con un estudio de LawGeex, en la revisión de contratos, una IA logró una precisión del 94% en 26 segundos, mientras que un grupo de abogados experimentados obtuvo una precisión del 85% en 92 minutos.
No obstante, es fundamental entender que la IA en su estado actual no puede reemplazar completamente a los abogados o jueces. La razón es simple: la IA carece de la habilidad para comprender el contexto social, cultural y emocional que a menudo es vital en la interpretación de la ley y la toma de decisiones legales.
Por ejemplo, al interpretar una ley, los abogados y jueces no solo consideran el texto de la ley en sí, sino también su contexto histórico, las intenciones de los legisladores y su impacto social. Una IA, al carecer de la capacidad de “ver” o “oler” estos aspectos, no puede hacerlo.
Asimismo, en situaciones donde la empatía y la comprensión humana son esenciales, como en casos de derecho de familia o de víctimas de delitos, la IA no puede reemplazar a los abogados. Los clientes necesitan más que una máquina que procese datos; necesitan a alguien que los entienda y los represente de la mejor manera.
Otro aspecto crucial es la necesidad de regulación y supervisión ética de la IA en el derecho. La IA puede perpetuar sesgos y desigualdades si no se maneja adecuadamente. Es vital tener marcos regulatorios sólidos para garantizar un uso justo y equitativo de la IA.
Entonces, ¿cuál es nuestra postura sobre la IA en el derecho? Creemos que la IA puede ser una herramienta valiosa para mejorar la eficiencia y la precisión en el trabajo legal. Sin embargo, es esencial recordar que la IA es solo una herramienta, y no puede reemplazar a los abogados o jueces en todas las áreas del derecho.
El futuro del derecho con la IA no es una visión de abogados y jueces reemplazados por robots, sino un futuro donde los abogados utilizan la IA para mejorar su trabajo y proporcionar servicios legales más eficientes y precisos. Pero esto solo puede suceder con una regulación cuidadosa y una comprensión clara de los límites de la IA.
En conclusión, en este fascinante cruce entre IA y derecho, debemos abrazar sus beneficios, pero siempre con una regulación cuidadosa y un entendimiento de sus limitaciones. Este equilibrio será la clave para integrar la IA en el derecho de la manera más beneficiosa y justa posible.
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